¿Qué camino tomar? (Libre)

La maldita ropa me pesa una tonelada, nunca debí de escuchar a ese viejo alquimista sobre “trucos esenciales de un alquimista escurridizo” ¡Son idioteces! ¿Transmutar el metal de una armadura en hilos del mismo material para hacer ropa? ¡Estupideces!
Rápidamente me escondo en un pasillo fuera de la estación, toco mi pesada ropa hasta cambiarla en su forma de armadura de nuevo, a mi lado, un viejo harapo que seguro dejo algún vagabundo, lo transmuto a una larga capa para cubrir mi cuerpo entero y mi rostro con una capucha.
-Con esto bastara-me digo para mi mismo-ahora solo queda pensar a donde debo de ir.

Camino hacia el anuncio electronico de los distintos destino que ofrecen los ferrocarriles. Mis ojos se quedan fijos en las letras de “La isla flotante” donde sin lugar a dudas podría contactar a mis compañeros mercenarios. Tal vez encuentre algún trabajo sumamente interesante o tal vez, por fin, encuentre al cómplice del brujo de fuego y le arranque la cabeza.
Al sentir mi último pensamiento, siento arder mi quemadura inexistente, me sostengo el brazo con fuerza. Me arrodillo contra el suelo, al recordar a mi hermosa princesa. Volteo de nuevo a los nombres de los destino hasta que me quedo mirando.
-Verfallen. Los guerreros dragón sienten indiferencia hacia los de nuestra clase. Algo me llama ese lugar. ¿Sera otro diamante para hacer una mejor espada?

Me emociona el hecho de conseguir una mejor arma, que me ayude acabar con quien quiera que haya matado a mis ángeles.

-Verfallen será-camino hacia otro rincón de la estación hasta quedar al lado de un hombre de barba larga.

El hombre no me voltea a ver pero sonríe.

-Viento azul, escuche que tu visita a la ciudad no fue muy agradable. Supongo que el capitán te ayudara- dice aquel hombre.

-Así es, siempre lo hace-le digo con tranquilidad.
Toco mi armadura bajo mi ropa y me despojo de ciertas partes, me quedo solo con las botas, parte de los guantes y el peto, reduciendo este ultimo a un tamaño que cubra exactamente mi pecho
-Llévate mi armadura y déjala en la guarida de la isla flotante. Estaré ahí en unos días.

-Me extraña que no hables como siempre, comúnmente eres malo para hablar en susurros-dice el otro hombre recibiendo las partes de la armadura, hechas una esfera de metal.

-Hoy no, Kike, no ha sido un buen día.

Me levanto y le doy unas palmadas en el hombro a mi amigo. Tomo el tren hacia Verfallen.

estaba en aquel tren cuando veo a alguien muy peculiar subirse , miro una foto que tenia en mi bolsillo para ver si era la persona a la que busco, es cierto que se parecía en gran parte, pero me quede con las dudas... !Maldición¡ estaba mirándole demasiado, tengo que disimular mas, y saber si es el tío al que busco

- perdona, ¿tiene hora?....¡ chico perdona!

-¿Como?... ¡a si lo siento señora!... no tengo hora estaba tan metido en mis pensamientos que me perdí de la realidad
tenia muchas cosas en la que pensar, pude ver que aquel tipo no era muy normal que digamos, casi juraría que es... un alquimista

´´oh, si, maravilloso, si este tio es un alquimista espero que no me reconosca como un G.P.M. y si lo hace, espero que no tenga ganas de bronca, y mas en un sitio como este, los pasajeros tendrían miedo´´ es lo que pensé, ciertamente no tengo muchas ganas de escapar o de luchar, estaba cansado despues del dia que tuve, me conforme solo con estudiarlo intentado ser lo mas discreto posible

En mi camino a Verfallen. Reflexiono en silencio. No creo necesitar de una mejor arma, mi espada ha sido capaz de cortar androides como si fueran hule barato, no creo que mi destino sea llegar al pozo de extracción. Entonces debería de ir al refugio para mercenarios, ahí debería de encontrar información sobre el pez gordo que busco.
Interrumpo mis pensamientos al sentir una mirada. A través del cristal de la ventana, que tengo frente a mí, veo el reflejo de un chivo mirándome por la espalda. Este se distrae al momento que una mujer le pide la hora.
Si fuera paranoico, creería que es un agente de la G.P.M. o un policía. Pero si fuera policía, habría escuchado de el por parte del Capitán Spencer y es casi un niño, no creo que pace de los 17 años ¿Los de la G.P.M. serian tan despiadados como para arrancarle a un niño su vida tan joven? Puede que sí, nuestro presidente es un jabalí irracional.
Pierdo el interés en el muchacho, y los primeros minutos pasan con tranquilidad, hasta que un hombre de cabello negro y piel oscura pasa en la puerta. Comienzo a sentir un frio atrozador.

-No…-digo para mis adentros.

-¡Tengo hambre!-grita desesperado abriendo bien su boca y suspirando.

Un hombre, de unos 40 años, corre hacia el otro. Antes de que lo ataque, el hombre de piel oscura le sostiene el rostro con la mano, veo como la piel del sostenido se vuelve gris poco a poco.

-Kalaj-cuando lo digo cruzo la mirada con el chico.

Las personas comienzan a correr, pronto el vagón se va vaciando. El kalaj suelta al hombre, que está en estado catatónico.

-Te ruego ceses tu ataque, que aquí no es lugar para un combate-le hablo contra tranquilidad-Muchos siguen con miedo de los de tu tipo, yo no tengo nada contra ti, soy alquimista y se lo que sufre nuestro mundo

El hombre me ve extrañado, sus ojos inexpresivos parecen buscar algo en mi interior. Lleva su mano al cabello y se quita una peluca, dejando ver su cabello corto y blanco. Me enseña los dientes, abre la boca y comienza a aspirar aire.
Tomo uno de los tubos de agarre del tren, lo trasmuto en una gran esfera de plomo y se la arrojo a la boca. El kalaj se hace para atrás y choca contra la pared. Mientras se levanta escucho gritar a la gente en otro vagón

-¡Hay una bomba en la cabina!-gritan-¡Todos moriremos!

Volteo a ver a mí alrededor y las últimas personas están saliendo del vagón. El chico sigo ahí.

-Lástima que yo estaré ocupado y no podre encargarme de la bomba ¿Verdad?-lo digo casi en voz alta para que el muchacho me escuche, espero capte mi idea y también que si sea algo de la G.P.M.

Un kalaj apareció en el tren, y todas las personas empezaron a correr, menos aquel tipo, que parece ser que se encargara del kalaj, me di cuenta de lo que intentaba, el ya tendría que sospechar que era de la G.P.M. y quería que me encargase de la bomba
me levante del asiento, le sonreí levemente a aquel tipo, y acto seguido salí corriendo al otro vagón

Cuando llegue, todo fue un caos, las personas que hay quedaban no paraban de dar gritos y revolotear de un lado a otro


-¡¿Donde han visto la bomba?! nadie me echaba cuenta, claro era normal, todo el mundo estaba aterrorizado como para contarle a un crío como yo donde estaba esa bomba.
-¡Socorro, ayuda! que alguien pare la bomba! es lo único que se escuchaba en este vagón

-Da igual, no hay tiempo que perder imagine que la bomba no estaría muy bien escondida si la encontraron los pasajeros, y en primar lugar donde mire fue en la plataforma de arriba de arriba donde se dejan las maletas, efectivamente, había un aparato extraño, y era la bomba puesto que los dispositivos que llevaban estaban atado a un movil, con cuenta atrás. me subí a la plataforma y me arrastre a por la bomba
- ¡¡Baja de hay chico, que hay una bomba, vas a hacer que explote!! me grito una señora mayor
-¡Porfavor, déjame hacer! saque un dispositivo de un bolsillo escondido en mi chaqueta negra, y lo pegue a la bomba, enlace el dispositivo a mi movil donde me dio todos los datos de la bomba.
-¿¡Pero que estas haciendo!? me grito ahora otro pasajero
-Yo creo, que salvaros la vida. volví a pensar como le irá a aquel tipo, pero mis pensamiento se interrumpieron rápido cuando mi movil enlazado a la bomba pito, ya había descargado al 100% todos los datos de la bomba, cambie unas cosas para que la bomba se desactivara, y salio una barra que indicaba cuanto tiempo tardaría, espero que sea menos tiempo que lo que dura la bomba, que son... 8 minutos

-Porfavor voy a pedir una cosa, quiero que todo el mundo se siente y se relaje, todo va a salir bien (eso espero) salte de la plataforma y me di cuenta de algo, esta vez los pasajeros me estaban echando cuenta y me obedecieron, algo que no me suele pasar.

´´Se oyen golpes en el otro vagón, puede que tenga que ir a ver como le va a aquel tipo, pero tengo miedo de salir y que esta gente se vuelva a descontrolar,´´ pensé mientras observaba atentamente la barra de mi movil.

El chico se va del vagón sin decir una palabra, espero que con esa misma seguridad desarme una bomba. Enserio no se que tienen los de la G.P.M. haciendo a niños soldado. Creo que no tienen corazón esas bestias.
El kalaj se levanta, no es necesario que abra la boca para que siga robando mi fuerza vital, pero al menos se tarda más. Una vez herí a uno en el pecho, el sonido de chillidos en mis oídos no ceso por días. Estos tipos tienen algo grave dentro. El que esta frente a mi, con ojos furiosos, tiene al menos unas 50 personas dentro.

-Muy bien, primero: Tío, consíguete una tinte para pelo y no una peluca, se veía falso-le digo sonriendo-segundo: vamos ¿Perder el control así en un tren? ¡Estamos en conflicto, hombre! Ahora centenares de agentes llegaran en cualquier momento y serás muy kalaj y lo que quieras, pero solo eres uno ¿Qué puedo hacer un elefante contra 50 leones?

Mi invitado comienza a caminar lentamente hacia mí, siento ese frio escalofriante, ese miedo que te inmoviliza como veneno.

-Solo eres un humano, un alquimista que pronto agotara su energía interna, no podrás luchar más. No eres un brujo, que chupa la energía de nuestro planeta hasta matarlo, solo eres un ser humano.

Cuando se acerca a mí lo suficiente, me inclino al piso y trasmuto parte del suelo a mis manos cerradas como puño. Lo golpeo con fuerza en el rostro, siento el frio al hacerlo.
Cuando se mueve hacia atrás, aprovecho para sacar mi diamante y la esfera de metal de mi capa, al resplandor de mis ojos, se vuelven una espada.
Formo un triangulo en la pared hacia donde se dirige el Kalaj. Corro antes de que la toque el, yo lo hago y transformo la pared cortada en una puerta triangular, cuando el kalaj la toca esta se abre y comienza a caer.
Pero el muy maldito se toma de mi brazo, que aunque está cubierto con la armadura que aun transporto, siento como mi vitalidad se va.

-Ahora tal vez si necesitaría refuerzos-digo sosteniente a duras penas.

No pude esperar mas, tenia que ver como le iba al otro tipo que estaba con el kalaj.
-Vuelvo en un momento, nos o mováis, si manteneis la calma saldra todo bien
Fui a salir cuando escucho moverse a alguien antes de irme, mire para atrás y vi un niño de uno 10 años que se alejo de su asiento mientras la madre le susurraba - ¡Ven aquí ahora mismo!
-¡¡Que no te muevas acabo de decir!! le mire fijamente, hasta que el niño se fue corriendo a abrazar a su madre, no quería ser borde, pero no podía permitir ningún tipo de jaleo

Fui corriendo hacía el otro vagón para ver como van las cosas, cuando llegué vi que el kalaj estaba apunto de caerse por una puerta triangular que antes no estaba, pero tenia agarrado a aquel tipo del brazo, rápidamente saque una pistola con silenciador (Con silenciador por si en alguna misión e de matar a alguien y no armar jaleo) dispares 3 certeros golpes en la mano del kalaj que agarraba el brazo de aquel tipo, haciendo caer al kalaj por la puerta

- Creo que nos hemos librado de el, pero puede que vuelva, estas cosas no son tan tontas como aparentan acto seguido de decir esto, guarde mi pistola de nuevo.

Veo al Kalaj caer, gritar y maldecir mientras se aleja de los rieles y se dirige a la tierra hasta hacer un ruido sordo en la arena lejana.
Cierro la puerta recién creada y la transmuto en una pared de nuevo. Tambaleándome me dirijo hacia uno de los asientos y me recargo sosteniéndome de mi arma.

-Eres casi un niño ¿Y ya les dejan usar armas? Enserio que nuestro presidente es un lunático. Gracias por la ayuda, muchacho. Ahora solo quiero descansar, al llegar a la estación seguramente estará una gran muchedumbre de policías y soldados esperando atender a los heridos así como tratar a los culpables.

Mis ojos se comienzan a cerrar, mientras veo a ratos el muchacho ahí de pie. Al menos es buen oyente, supongo.

-Voy a Verfallen, si ese Kalaj estaba aquí, de seguro tenía una intención con algún edificio importante de la ciudad, yo quería un diamante nuevo, pero parece que tendrá que esperar. Iré al valle sin nombre. Bueno de seguro tú tienes otra misión muchacho-bostezo al hablar-ustedes tienen hartas misiones

Dejo de hablar para mirar al cielo por la ventana. Creo ver un barco volador entre las nubes. Si va al mismo lugar que yo, llegare antes. Me quedo dormido si Nantes destrasmutar mi espada.

Al abrir los ojos, hemos llegado a la estación del norte. Recuperado, me levanto y salgo del ferrocarril cubriéndome la cara. Salgo tan aprisa que los puestos de inspección no saben de que vagón vine, así que puedo escapar de ellos. Busco al muchacho con la vista, creo haberme cruzado con su mirada un par de veces, pero esos de la G.P.M. nunca se saben. Supongo que aparecerá a la larga.
El valle sin nombre me esta esperando.

antes de que se despertara mi movil dio un pitido, la bomba se había desactivado y ya no había peligro, lo que dijo este tipo me hizo pensar, y es cierto, con la poca edad que tengo.. ¿que hago con una pistola como esta?
el tren por fin llego a su destino, la verdad es que a mi las despedidas se me dan fatal, y tan rápido como el tren se llego a su destino, salí antes de que se despertara . quien sabe... puede que me vuelva a cruzar alguna vez con este tío... algo me dice... que si.
ademas tenia una misión que tenia que cumplir, y era matar a un jinete de dragón que parece ser... puede tener una cierta alianza con los kalaj.