Estrépitos [libre]

En lo que espero el saludo del pirata veo a un muchacho entrar a la habitación, sus ropas parecen locales, aunque no se mucho de esta ciudad. Por la escotilla que entré veo a la pelirroja ponerse su casco y estornudo con fuerza, haciendo mi rostro hacia afuera.

-¡Hey!-digo feliz-parece que al fin me reconocieron, eso de estornudar cuando se acuerdan de ti es muy bueno. Espera eso es malo ¿No?-digo hacia el cielo, pero con esperanzas de que el pirata me escuche.

Sigo con mi vista sus ojos, y su ladeo un poco hacia la izquierda al verme. Supongo que espera que suban mas, así que hablo un poco, es lo mejor que sé hacer.

-En una laguna cercana hay una jinete y su dragón limpiándose el acido que dejo esa bomba biológica sobre ella, parece que es la única que le cayó, puesto que los otros dos sujetos simplemente desaparecieron de mi vista. Pero no creo que acepten tu invitación, no comparten el mismo…lado de la justicia.

Mientras hablo sigo buscando a los dos de la G.P.M. ,puesto que la pelirroja se movió en su vehículo y el rubio parece más una sombra que un humano. Me detengo hasta que me encuentro con la laguna donde está la jinete.

-Mira allá esta-le digo apuntando en dirección a la chica-¿También podrías ir por ella? Debo de advertirte que tienes ciertas…costumbres sociales no muy agradables, tu sabes esas de “primero te corto la garganta luego te saludo”-le digo carcajeándome- Pero ya que estas de buen humor salvando gente, sería una buena idea.

Creo que no lo he dejado hablar un solo momento desde que subí, que mal educado soy.

-Disculpa, te he saludado pero no me presente-le extiendo de nuevo la mano- Soy Makoto Aulos, alquimista a tu servicio.

Creo que no debí de decir alquimista, después de todo, la red dice que Hian es brujo.

Escucho las palabras del alquimista con un gesto divertido,debido a que ya le conozco, claro que le conozco. En mis últimas fechas cómo pirata había un rumor que tenía alerta a todos los brujos llameantes, un alquimista los estaba cazando de manera indiscriminada haciendo gala de una ira impropia de la templanza de los de su condición. Era cuanto menos curioso escuchar de sus acciones, y debido al conocimiento que tengo de las mismas, estoy obligado a tratarle con la deferencia merece. Recojo su saludo con naturalidad y le devuelvo el apretón de manos.

-Hian Van Moorsel, tus logros te preceden alquimista...-Esbozo una leve sonrisa-. Si de mi dependiera, no tendría interés en recoger a ninguna jinete, pero habiendo ya uno a bordo, creo que hay cabida para una más. En cuanto a los otros dos que mencionas creo que Doreckmair y yo conocemos a por lo menos a la mujer, parece que los problemas la persiguen...

Hago un gesto al puente de mando, y el poco agraciado encargado provisional del timón cambia el rumbo hacía el lago mencionado. Si algo me ha enseñado mi experiencia en el terreno de la piratería es que donde esté la G.P.M, hay problemas, por lo tanto en lo que a mi se refiere, ojala todos esos drogadictos sean juzgados por los excesos que ha sufrido su cuerpo para poder llegar a enfrentarse a los brujos.

en ese momento yo estaba ajeno a todo lo que estaba pasando, estaba demasiado ocupado arreglando mi moto, pues me caí de ella y se me rompió

-Mierda, no puedo arreglarla mi moto, así no puedo completar mi misión -después de decir esto la agarre por los manillares y me dispuse a andar con ella para encontrar algún sitio donde descansar, mientras seguía andando cogí mi botella de agua y bebí un trago mirando arriba cuando de repente veo algo...

-Valla.... eso si que es un hermoso navío- en ese momento estaba tan atontado que no me di cuenta por unos segundos...

-¡Joder, que es un barco!- solté la moto y corrí lo mas cerca que pude del barco, haciendo señales para que me vieran, era una oportunidad que se me había presentado muy bien no la puedo dejar pasar, continuaba haciendo señales para ver si me veían pero... vi que el navío seguía su rumbo. Caí desplomado al suelo y mire mi moto.

Siempre me ocurre algo malo, hago muy bien eso de que me ocurran cosas jodidas.- volví a mirar a aquel navío con la esperanza de que alguien me viera, si no estuviera tan cansado de la pelea que tuve hace poco contra un brujo hace nada, podría seguir andando al menos un rato mas

El pirata ha escuchado de mí, no sé si sentirme halagado o preocupado, posiblemente terminare sintiéndome de las dos formas. Me mantengo mirando hacia afuera mientras nos dirigimos a la jinete, posiblemente nos rechazara y se irá volando a las montañas Fegher, es lo más cercano y esa chica…es como si le tuviera asco a los humanos. Tal vez su vida está marcada por la tragedia, así como la mía.
Conforme nos acercamos veo a los zombis, haciéndose polvo cada que nos alejamos de ellos. Como si estuvieran simplemente cuidando algo en ese lugar.

-Oye Hian-le digo al pirata sin quitar la vista de la joven-había demasiados brujos en esa zona, como si estuvieran cuidando algo, puesto que no nos han seguido ¿Sabes algo de eso? Vine a Verfallen por buscar algo…nuevo. Me encontré con un Kalaj en el camino hacia acá-juraría que por un momento la sonrisa del pirata se altera un poco-No lo pude matar, pero al menos lo expulse del tren, con ayuda de un niño G.P.M. no debería de pasar de los 17 años. Si hay algo en el Valle sin nombre, tal vez puede ser de tu interés…y del mío.

Volteo a ver al pirata con seriedad y recuerdo al joven.

-Ha, pero que rudo de mi parte, no me he presentado contigo muchacho-hablo mientras camino hacia el-Mi nombre es Makoto Aulos, un humilde alquimista de Thamar, con una no muy adornada historia de persecuciones y uno que otro pequeño asesinato. Escuche que tu nombre es Doreckmair ¿verdad? ¿No serás acaso el hijo de le’Nevreasy? Estarás harto que siempre te lo pregunten, pero no te preocupes, no tengo intención de estar gritando tu fama por los siete vientos. Aunque, sería una idea interesante que te toparas con la chica que se encuentra en la laguna, como supongo, rechazará nuestra ayuda y se irá a las montañas, podrías encontrarla allí, tal vez sea mejor para ella encontrarse con alguien que sabe domar un dragón también. Trate de darle un regalo-extiendo la blusa, que aun se mantiene limpia, excepto por algunos puntitos rojos-pero como es de esperarse me desprecio-me carcajeo un poco-Tal vez viene a ver algo con el consejo de tu gente, podrías ayudarla, si es así tu deseo.

El joven de seguro es el hijo de le’Nevreasy, eso quiere decir que tiene contactos muy poderosos aquí. Los G.P.M. que están en la ciudad, de seguro buscan a la misma persona y si no, de seguro a personas del mismo circulo social. Espero que no tengan en el blanco a ningún amigo de este joven.
Le extiendo la mano al joven para estrecharla

En el lago intenté quitarme todo el ácido posible. Eiden también se encontraba plagado de aquella sustancia, por lo tanto entre él y yo comenzamos a extraer todo lo posible. Eché un vistazo al horizonte, la visión de Eiden me permitió contemplar que una especie inexplicable de seres humanos combatían contra mis conocidos.
Observé que una plaga de veinte bichos de esos se acercaba a mí.
¿Querían pelea? La iban a tener, seguro.
Eiden aún se estaba quitando el líquido tóxico. Bien, por esta vez no lo necesitaría, quería divertirme sola.

Salí del lago con una sonrisa retorcida, la lluvia seguía cayendo, mas me daba igual puesto que ya estaba mojada; de fango.
El aire me recordó que me quedaba menos ropa de la que tenía anteriormente, no obstante aún me quedaba lo que necesitaba. El pelo se pegaba a mi rostro y mis ojos gritaban ira, ira, ira.
Me agaché un poco y acogí rápidamente mi cuchilla de mis zapatos provisionales. Se acercó uno de aquellos seres que parecían estar muertos pero que en realidad andaban y tenían consciencia, venían hacia su propósito. Yo.
Solamente tenía una cuchilla con la que comencé a dar vueltas, asustándolos un poco. Uno se me acercó hacia un lado; fácil, pensé. Me giré hacia mi contrincante con la cuchilla apuntando hacia su cuello. Le di a la yugular y rápidamente se cayó.
¿Tan rápido?
Observé a mi alrededor, los diecinueve restantes me tenían acorralada; Fui hacia uno directamente y le corté el cuello, la cabeza se la tiré a otro que lindaba con el que anteriormente maté, llamémosle Sujeto 1. Sentí un puñetazo en mi espalda y me giré raudamente, le propiné una patada a la cara de uno de los dos hombres-muertos que me agredieron, llamémosle Sujetos 2 y 3. Cogí el cuerpo del Sujeto 1 y lo utilicé como escudo y espada. Las piernas de éste eran rudas y fuertes. Con mi fuerza y sus zapatos destrozamos las caras de unos cuantos hombres no muertos.
Ya solo quedaban tres, los demás eran fáciles de matar, eran endebles y se caían con un soplido, pero los últimos tres no muertos eran grandes, fuertes, y lo peor de todo; armados.
Se me abalanzó pronto el más bajo, en cada mano sujetaba dos hachas. Esquivé una estacada que dio en dirección a mi cuello y otra que propinó a mis piernas. Le sonreí mientras descubría unos ojos grandes y feos. Vi dos dedos de mi mano izquierda, el corazón y el índice. Me encogí de hombros y con los dos dedos le quité sus ojos. La cabeza explotó al momento.
"Otro menos" razoné.
El segundo era el más alto, pero tenía pinta de tonto. Intentó hacerme el abrazo de la muerte, pero para cuando él ya juntó los brazos yo estaba detrás suya. Salté y le clavé mi cuchilla en su nuca, el ser antes de morir me cogió de los brazos y me tiró al suelo. Luego se tiró encima mía, muerto.
Conseguí despojarme de él y fui, con rostro furioso, al último. No me daba la gana de que me hayan tirado, y no lo volverían a hacer.
El último parecía el peor de todos, inteligente, fuerte y ágil. Conseguí colarme entre sus piernas, levantarme tras él y darle una patada en su duro trasero. Éste apenas se inmutó y giró, su brazo quería encontrar mi cara y solo encontró mis dientes. Le mordí hasta rompérselo, no eran muy comestibles y mis colmillos estaban bien entrenados para cortar cosas.
El no muerto no gritaba pero tampoco se movía demasiado, decidí coger mi cuchillo y cortarle la cabeza, esquivó mi primer intento pero al segundo ya rodaba su busto en la tierra.

Acabé con todos, qué divertido.
Di media vuelta sonriéndole a Eiden, le saludé con mi mano cuando atisbé una raja profunda en el antebrazo. "Hijos de..." pensé.

Me volví a levantar del suelo, no pienso estar tirado de esta forma y con la guardia baja, seria una estupidez por mi parte, me levante y fui de nuevo a por la moto Averiada, aun podía ver al navío pero ya estaba algo lejos de mi. me dispuse a andar en la dirección en la que iba el navío pues puede que me conduzca a mi objetivo. pero de repente algo salio de debajo de la tierra, Era el kalaj con el que me tope en el tren hace un tiempo

-¿Valla, un bicho como tu sobrevive a una caída tan alta como esa?-
no me dijo nada, solo se acerco a mi corriendo con la intención de matarme.
su cara era de lo mas terrorífica, aunque eso no me llamaba mucho

-esta vez pienso asegurarme de que acabes bien muerto, así dejaras de causar estragos. corrí hacia el mientras sacaba de mi pantalón un cilindro de metal que al pulsar un pequeño interruptor escondido se vuelve una largo bastón de metal que uso en las peleas, pulse el botón y cuando estaba apunto el kalaj de golpearme, le pare el ataque y se lo devolví con 5 golpes en el torso, aun se podía mover pero cuando me fue a a agarrar, le di un golpe certero en la cabeza para dejarlo tonto, no funciono en absoluto, no tengo mucha experiencia con los kalaj, pero se que tienen mucho poder, para sobrevivir a una caía tal ya daba que sospechar.

no tuve mas remedio, tuve que huir y recurrí al viejo truco de la bomba de humo, cuando todo el humo se extendió agarre la moto averiada por los manillares, pretendiendo que arrancase
-venga vamos, no te quedes en este estado tan lamentable, me as llevado a muchos sitios, ahora ayúdame a escapar- como si la misma moto me hubiera escuchado, empezó a rugir con fuerza, y las ruedas se empezaron a mover poco a poco
-venga ya... ¿va en serio?- sin dar mas que habla le di un pequeño empujón y al fin arranco, el humo ya se estaba dispersando y salí disparado en dirección a la que iba el navío, pero no se si deje el kalaj atrás o aun me esta siguiendo

-Van Moorsel...

Su apellido se escapa de mi boca cuál criminal obligado a soportar una condena demasiado extensa. Perseguí a ese rufián durante años intentando introducirme en su tripulación para detenerlos y apartarlos de la sociedad de una vez por todas, sin embargo, los Kalaj decidieron mostrarme el retrovisor, adelantándose y asesinándolos a todos. Enfrentarse a un brujo afortunado siempre es un problema, tus disparos mortales suelen fallar y tus viejas heridas tienden a quemar más de lo normal...Pero eso no importa, esto es algo que tengo que hacer.

Los recuerdos referentes a Reika se desvanecen, las penas languidecen y mis dudas se resuelven. Tengo que llegar a ese barco y detenerlo, no por la G.P.M, ni por mi, sino por Reika. Cuando aún vivía, mi amada me relató cómo un pirata asesinó a su familia en el asalto a una joyeria de la capital de Tengae. Siempre me causó una fuerte impresión la capacidad que tenía para describir la imagen de ese hombre que le mostró una sonrisa mientras sus lacayos asesinaban a sus padres. La única forma que encontré para redimirme fue regresar a la G.P.M y emplear sus recursos para de alguna manera pagar por la muerte de Reika deteniendo a Van Moorsel. Puede que por fin haya llegado el momento. La chica de la G.P.M llega justo a tiempo para invitarme a su vehículo, esbozo una sonrisa y asiento.

-Estaré encantado de ser tu acompañante, y creo que sería de lo más entretenido que subiéramos a ese barco volador. Pese a su poca actividad, Van Moorsel sigue en el top 20 de los criminales más buscados de la G.P.M. Su captura nos reportaría a ambos unos beneficios incalculables...

Vuelvo a sonreír mientras espero que mi improvisada chófer decida poner en práctica mi idea...

No tenemos más tiempo, es hora de irse. Hago un gesto al timonel en el preciso instante en el que "El Avasallador" se sitúa sobre el lago donde la Jinete acaba de hacer frente a una cruenta batalla. Sin duda en éste lugar tiene que haber algo, no se reúnen tantos brujos sin ninguna razón lógica y sin duda ese algo será valioso, por lo tanto, nuestra retirada es momentánea. Si mis cálculos no están demasiado oxidados, el ejército aéreo de Morgov no debe de andar lejos y sin duda, no quiero que mi preciosa nave sufra ningún daño en una absurda batalla en los cielos; ya he hecho demasiado el idiota viniendo aquí. Me giro hacia Doreckmair y el recién incorporado Makoto y les hago un gesto con mi mano derecha.

-Tenemos que irnos, por lo que jinete, tienes que decidir si ir a encontrarte con tu compañera o seguir en mi barco. No es que quiera echarte sabes pero, para ser sinceros, no se me da bien hacer de niñera...-Me expreso en tono jocoso y esbozo una leve sonrisa mientras miro al alquimista-. Por supuesto Makoto tu eres libre de quedarte, aunque debes saber que mi objetivo es investigar más a fondo ésta zona, por lo tanto, y pese a que mis riñones me empujen a lo contrario, volveremos una vez se calme el asunto.

Renhir clava sus ojos rasgados en la nueva incorporación expresando mayor indiferencia que en el caso de Doreckmair. Trago aire y vuelvo a emplear las comunicaciones exteriores.

-¡Último aviso, aquel que quiera salvar el culo que suba, nos marchamos!

Es cierto que tengo pocas razones para ayudar a nadie más, pero seamos sinceros, un pirata sin tripulación no es nada, y si, tengo a los zoquetes que he contratado en el muelle pero no es el perfil de integrantes que busco. Tener a una figura reconocida cómo Makoto a mi lado, por muy alquimista que sea, sin duda es beneficioso para mi regreso, también tengo al chico jinete el cuál aunque se marche me debe una por lo de la isla flotante...No puedo negar que estoy excitado, no me arrepiento de haber venido, para nada.

(Creo que el tema está lo suficientemente desarrollado, por lo tanto, voto porque cada uno tome su decisión sobre cómo marcharse de la escena para crear a continuación los temas correspondientes para continuar con vuestros roles)

Miro con sorpresa al soldado y me planteo su petición. -Joder, eso seria dejar a un lado mi encuentro, desviarme del camino. Pero seguir al pirata Hian Van Moorsel claro que es excitante, y al final, que no los cazarrecompenzas hacen lo que quieren- pienso y me humedezco los labios ante la figura del soldado que me contempla y espera mi respuesta. -Que soy asesina de la G.P.M. en estos momentos, ¿qué no?, a tomar por saco- medito.

-Sube galán, la apuesta de vos es provocadora. Alcancémos al pirata que al parecer se marcha- le digo, -Debes saber que estar en una motocicleta conmigo es un privilegio, sujetate que la velocidad es una de mis pasiones y si ninguna guarrada que te rompo la cara- acelero si quitar el freno. -Llamame Julian- y volamos hacía el barco.

Cuando por fon vi que el navío se había parado tuve que aprovechar, tenia miedo de que la moto me fallara otra ves y el kalaj que no me atreví a comprobar que me estaba siguiendo, me atacara. Vi que cerca había una roca algo casi con forma de montaña estaba lo suficientemente lisa para una locura, y pensé que seria buena idea usarla a modo de rampa, Acelere lo máximo que pudo, en el momento en que el la rueda delantera roso esa roca...

-Te juro que se me va la olla- Acto seguido la moto literalmente salio disparada al aire a una velocidad endiablada acercándome mas a aquel navío, en ese momento no puede aguantar una sonrisa que se me embozo en la cara fue como un calambre agradable que me forzaba a reir, la velocidad, el vuelo, la adrenalina, me hacia sentir muy vivo en momentos me crucé con una tía que parecía ser otra de la G.P.M. como yo. a los pocos segundos aterrice en el navío, fue algo forzoso pues de la velocidad que llevaba por poco no salgo por la otra parte del navío, justo en ese momento vi a un tipo que me sonaba mucho, me quede un rato mirándole y luego dije casi emocionado

- ¡Te conosco, eres el tipo que estuvo conmigo en el tren!- Mire que no solo estaba el, había mas personas.

- Perdonad, estaba huyendo de un kalaj, y del mismo miedo me a impulsado a entrar por la cara en este navío - En ese momento me levante de la moto, y de los mismo nervios... se me cayo al suelo, un sonido metálico retumbo contra el suelo dejando salir volando a una pequeña pieza de la moto... ´´otra vez no... por favor´´

- De verdad que no quiero molestar pero... - No sabia como actuar en ese momento, tuve una entrada alucinante, y después no sabia ni que decir de los nervios.

Sonrío con algo de ironía y me recargo en la pared del navío. Veo hacia afuera y suspiro pensando en tener que dejar a la jinete. Debo de admitir que siento atracción hacia la muchacha.

-Bien, si me aceptas seré parte de tu tripulación. Mientras nuestros intereses sean similares-le digo al pirata, sin dejar de sonreír-Ahora, si quieres saber algo de este lugar, debemos de dirigirnos con los mercenarios, en cuanto lleguemos ahí, yo me encargare de las negociaciones. La red entera me conoce así que será fácil encontrar información.

Me siento interrumpido por un estruendo. Una motocicleta, no se como, a llegado al barco volador, desde el cielo. Se estrella contra la pared y termina por expulsar mucho humo. El muchacho, agitado, se pone de pie. Es el niño de la G.P.M.

-¿Qué haces aquí?-corro hacia el muchacho, trasmuto mi espada y en un segundo esta cerca de su cuello-Aquí no tenemos un trato en común, niño. Tu eres la ley, nosotros el crimen ¿Lo sabes verdad?

Miro al capitán y sin soltar mi espada le asiento con la cabeza, como dejando que el decida que hacemos con el, si lo regresamos a tierra antes o después de llegar con los mercenarios.

Al ver tal escena en la que casi pierdo la cabeza... literalmente tengo una hoja afilada rozando lo que es mi nuez, me cambia Rapidamente mi personalidad

-Me dijeron una ves... que nadie es quien aparenta.- Después de decir esto, recordé un momento similar a este, pero no le eche mucha cuenta, es momentos como este me entrenaron para no perder la calma, y a si fue.
´´que es la ley... si no un crio de 15 años que le han metido a G.P.M. si saber diferenciar el bien del mal´´ es lo que pensé al oirle decir a este tipo que ellos son el mal, y nosotros el bien, personalmente... pienso que tienes que existir caos para que allá orden, dios no seria nada si el demonio, y el demonio se aburriría si no hay nadie que lo detenga, tiene que haber un equilibrio. es por ese planteamiento que tengo, que nunca e llegado a odiar a nadie, por muy cruel o malvado que sea.

-Yo que tu apartaba la espada de mi cuello, muevo el dedo mas rápido que tu esa espada y pienso que podemos evitar problemas- el no entendía lo que estaba hablando durante un segundo, Sin que se diera cuenta saque mi pistola y la apreté contra su estomago para hacerle ver, que era yo el que mas posibilidades tenia de matar con solo presionar en el gatillo

-La bala puede atravesar cualquier cosa, por dura que sea, tus trucos de alquimista no aran nada para detenerla, solo tienes que apartarte, cogeré mi moto rota, y volveré a saltar.- Sabia que en verdad la culpa era mia, era espía y me cole en un barco sin saber que clase de personas había y para colmo armando escándalo. si esto fuese un ensayo de entrenamiento... y mi instructora estuviese aquí, la bronca seria como para hacer un monumento en su honor, lastima que esto no sea un ensayo. me consolaba pensar, que algo así, le a tenido que pasar a alguien.

- Puedes llamarme Rilley, y descuida, tiendo a ser más de la clase de aquellos que prefieren dejar la iniciativa a la figura femenina...-Aceptada mi propuesta, me subo a la parte trasera del vehículo volador dejando claras nuestras intenciones-. Si vamos a intentar capturar a un tipo como Van Moorsel lo más indicado sería seguir a ese barco a cierta distancia ya que dudo que abandone Verfallen por ahora; los rufianes como él son aficionados a bucear en el peligro y esa circunstancia nos permitirá, sin duda, pillarlo desprevenido si esperamos lo suficiente.

Julian...me suena de algo ese nombre, sin embargo debo andarme con cautela y por esa razón por ahora no me conviene desvelar mi identidad, podría ocurrir cualquier cosa...Mientras el vehículo de la atractiva soldado inicia la persecución, otra nave pasa a nuestro lado a gran velocidad, dirigiéndose sin orden ni concierto hacía el barco volador. No puedo evitar soltar una pequeña carcajada ante la visión de tal temeridad mientras me agarro de manera firme a la cintura de la bella conductora. Por un instante se me pasa por la cabeza aquello de lo que he sido avisado que no debo hacer, impulso aunado con el recuerdo de mis mejores momentos con Reika, pero me reprimo, no es el momento para esto, hay una venganza que cumplir.

Al ver una inmunda motocicleta voladora dañar la pintura de mi preciosa nave, no puedo evitar apretar los dientes y contener mi ira, mientras dirijo una mirada furtiva hacía el causante de tal afrenta. Tiene imagen de niño, pero su acción es propia de un demonio sin escrúpulos en no duda en dañar aquello por lo que uno ha luchado toda su vida. Sí, amo mi barco volador, aquel en el que se derramaron las últimas gotas de sangre de los miembros de mi tripulación, y que en consecuencia, por siempre cargará con el peso de sus almas. El alquimista, haciendo gala de su nuevo papel de miembro de mi banda, amenaza con rajar el cuello de aquel que ha optado por estropear un día que parecía progresar sin contratiempos. Saco mi pistola de carga mágica y apunto al niñato a la cabeza mientras el chaval hace gala de una arrogancia enfermiza y desenfunda un arma que coloca en el vientre de Makoto. Contengo las ingentes ganas que me empujan a atravesarle el cráneo y decido actuar con mayor precaución de la que me piden mis impulsos.

-Estás en mi nave chaval, y me da igual lo rápido que seas o lo fuerte que te creas, pero no voy a permitir que apuntes a un miembro de mi tripulación-Cruzo mi mirada levemente con mi nuevo compañero, haciéndole ver que nuestra camaradería transitoria está sellada-. Desde mi punto de vista tienes tres opciones: La primera, dispararle y que en consecuencia yo te atraviese la cabeza con una bala mágica, la cual no podrás esquivar, la segunda, que retires tu arma y que acates las normas de la mayor figura de autoridad de éste lugar, que soy yo, y en cuánto a la tercera, en fin...Digamos que termina con tus vísceras esparcidas por las montañas de Verfallen. Tu elijes niño, el tiempo corre.

La situación sería mejor si me quedaran las fuerzas suficientes para realizar algún despliegue mágico, pero el hecho de tener que arrancar el barco tras tanto tiempo me ha dejado totalmente tieso...sin embargo soy un brujo afortunado y no puedo dudar de mis posibilidades de victoria. La noche comienza a caer sobre las montañas, y en consecuencia los depredadores nocturnos entran en su hora de caza, el tiempo corre y debemos marcharnos hacia la base de los mercenarios, ¿qué escogerá el molesto infante?

Le mire con cierta curiosidad al decir las opciones que tenía, la primera es: que la palmo, la segunda: acatar las normas de este tipo y la tercera: que la palmo también
no me gustaba ninguna.

-Valla... ciertamente las opciones que me das no me safisfacen, y sinceramente prefiero morir antes de acatar tus normas, así que, ¿porque no escuchas mi propuesta? y bajamos todos tranquilamente el arma... antes de que manchemos el barco de sangre- Pare un momento de hablar para mirar las caras a estos dos, para fijarme de que me estén escuchando y no ignorando por el mero hecho de que tengo 15 años

-Se que en parte la culpa a sido mía así que escuchar mi propuesta, yo mientras este en este barco, no sigo las normas de nadie, y nadie se acercara a mí a molestarme a no ser que sea por tener un poco de conversación agradable, pero puesto que algunos daños lo e provocado yo... me ocupare de reparar las partes del barco que me cargado al subir, aunque sea solo un poco de pintura o algún que otro boquete. yo lo veo justo y nos beneficia a todos, ¿no creéis? - En verdad quería quedarme en este barco el mayor tiempo posible para librarme de aquel kalaj, porque si bajo seguro que me ataca y no estoy preparado aun para un enfrentamiento así, pero claro esta que si me quedo en el barco tengo que negociar como puedo estar libre de normas y libre de amenazas de muerte

-Y cuando acabe, me dejáis en tierra firme, y ya me ocupare de arreglar mi moto como pueda. ¿que os parece? Una ves dicho esto, solo queda espera como acabara la cosa [i]

Suspiro al sentir el arma en el vientre, no digo nada entre las propuesta y la platica, sólo espero mi momento para hablar. Cuando llega, separo un poco la espada del chico.

-Mi compañero pirata aquí ignora y tu también, que mi habilidad puede hacer que la bala de tu arma se vuelva simple aluminio, que tal vez me hiera mucho, mas no me matara cuando toque mi piel.

Quito la espada del cuello del muchacho y la destramuto. Muevo mi capa y desenfundo mi pistola de plasma.

-Esta arma usa la policía de Thamar. Si, alguna vez estuve del lado de la ley. Ahora bien, no pienso disparar. El capitán tiene la ultima opción aquí y la verdad, preferiría que bajaras y te fueras. Abajo hay dos agentes mas, que de seguro querrán que les informes sobre tu situación en este lugar.

Guardo de nuevo el arma y voy hacia la moto de muchacho. La comienzo a tocar y mis ojos brillan de un azul intenso, comienzo a trasmutar el metal que pueda y hacerlo diferentes partes, que faltaban, otras las reparo lo mejor que puedo.

-La moto no esta del todo arreglada, pero al menos te sacara de aquí, cuando decidas irte. Dejo la decisión al capitán del navío. Por mi parte, hice todo lo que pudria hacer, ademas ya propuse un camino hacia donde ir y como encontrar lo que nos interesa a nosotros. Espero que tomes una decision muchacho, por que la G.P.M. no opinaria bien de ti cuando sepan que haces tratos con el otro bando

Tras la aceptación de Makoto a la tripulación, el capitán Hian me plantea una alternativa, siento una herida por sus palabras y llega de pronto una indecisión a mí. Pienso en el encuentro con la chica y me detengo en pensar "El capitán se equivoca al pensar que tengo alguna relación con aquella mujer"

De pronto, la situación cambia, se presenta un niño en una motocicleta dañando parte del barco, comienzan las acciones, Makoto intimida con su espada transmutada, el chico apunta con su espada, el capitán reacciona rápido y amenaza con una pistola de magia. La tensión crece y los tripulantes comienzan a ser barullo, me acerco un poco al capitán.

El chico plantea una solución, que yo pienso es pidiendo piedad ante la situación en la que el chiquillo se metió, escucho a Makoto expresarse y a siento ante lo que dice, el muchacho tiene menos posibilidades.

Mientras se desenvuelve el desorden escucho a Orek, ambos queremos ser tripulantes, "serviremos al capitán Hian y no seremos carga" pensamos y nos preparamos para actuar si la situación se complica. Orek se prepara a salir si así se requiere.

Pongo a trabajar mi casco inteligente, buscando información del supuesto Rilley, la información de la G.P.M. es de máxima seguridad y aunque los cascos inteligentes solo funcionan con el dueño asignado, existen soldados que pasan desapercibidos... los espias.

Silencio la motocicleta y estabilizo la velocidad, -Dame frecuencias sonoras, alcance auditivo del barco y visión infrarroja- digo a mi casco y éste trabaja.

Veo de pronto una motocicleta que se estrella contra el barco, -aumenta el radio infrarrojo y acercame las imagenes- vuelvo a ordenar al casco. Éste me complace con la información.

-¿Un crío de la G.P.M.?- exclamo para mi, el espectro infrarrojo de los soldados son diferentes y aunque fuera un espia no se puede evitar tener ese espectro.

Escucho la información con detalle, -menudo lío en el que se metío el chaval- pienso, -¿le salvo la vida?-

Normalmente no sacrificaria una misión para salvar a un miembro torpe, pocos soldados de la G.P.M. arriesgan por rescatar a un compañero, sobre todo sí éste comete semejante estupidez. -¿Pero acaso no me había ya desviado al dejarme llevar por la tentación que con llevaría atrapar al pirata Hian Van Moorsel?- medito, -a tomar por saco-

Sin informar mis planes a Rilley acelero alcanzando la máxima, contemplo las figuras de todos los tripulantes bajo infrarrojo y confiada de su atención para con el crío saco de la motocicleta mi pistola de minas de explosión corrosiva, el arma mortal para barcos como el del pirata. Comienzo a disparar las minas alrededor del barco y al dejar el barco con una mortal carga explosiva me elevo a cubierta.

En el trayecto desenfundo mis mortales pistolas con balas hechas de diamante y con el relleno de un potente ácido, me quito el casco y lo cuelgo a un lado de la moto.

-Mantente en posición Rilley- le digo y le guiño el ojo, nos acercamos cada vez más, me pongo en pie y a los pocos metros salto al borde del barco apuntando a Makoto Aulos e Hiaan Van Moorsel.

-¡Alá qué ambiente se respira por aquí!- exclamo atrayendo toda la atención de toda la tripulación incluyendo a mis blancos y el crío que me mira con excitación.

-Decime Makoto Aulos, serás más rápido para transmutar que la bala de mis magnum y más aún ¿qué tantas materias puedes transmutar en esos microsegundos?-

Veo un gesto de sorpresa en Makoto, confiado estaba en que no sería reconocido y sonreí.

-Hian Van Moorsel- dije de repente, -tu suerte te salvará de la precisión de mis balas o ¿esa suerte evitará que este barco sea destruido por las minas que le rodean-

Veo la que se esta montando en poco tiempo, parece ser que ya estaban persiguiendo el barco unos de la G.P.M.

- Tsk.... al final se va a montar una pelea, yo que estaba tan seguro de poder salir de aquí con calma y sin peleas- Ciertamente estaba frustrado, es cierto que no debería de haberme metido en aquel barco, pero ahora que parece ser que iba a salir sin problemas aunque un kalaj pudiera estar esperando, vienen esto y empiezan a alborotar con sus armas... aunque claro puede que sea su misión y no tengas mas remedio que cumplirla

Aproveche que se distrajeron para agarrar mi moto por los manillares, subirla y montarme en ella

-Veamos si funciona como tiene que funcionar- Arranque la moto y rugía con una fuerza y energía maravillosa, pero no me moví del sitio, esa tía soltó minas por todo el barco y moverme ahora seria muy peligroso. mire a la tía a los ojos y le eche una sonrisa irónica, pretendiendo decirle... ´´gracias guapa, gracias por echar minas por el barco y sellarme la salida´´ no le guardaba rencor tampoco, es cierto que no es su obligación salvarme, por eso deje de mirarla y trame un modo de poder salir de este lío sin necesidad de pelearme con nadie, mi misión por ahora no es matar a ninguno de estos tipos, o espiar a alguien o robar información del barco, es por eso que nada me sujeta a este barco, pero tendré que ver como evoluciona la cosa.

Cuando la situación parecía encaminarse a ser resuelta, ya sea para bien o para mal, según decidiera el capitán; aparece una sensual G.P.M., al parecer aquella mujer en la que me enrollé en la isla flotante "era de la G.P.M." pienso.

De pronto, saco mis pistolas hechas en oro y apunto a la mujer, el joven coge su moto y el barco tiembla ligeramente saliendo Orek agitando sus enormes alas y generando un poderoso aire hacía la mujer. Luego Orek se eleva y se deja caer a un lado encarando a una motocicleta que vuela y es conducida por lo que pienso es otro G.P.M. Orek genera una gran bocanada de fuego que retiene en su hocico abierto.

—Al parecer se quedará sin vía de escape, si es que osa activar alguna mina— le digo y quito el seguro de mis armas.

Mire a aquel tipo que era un jinete de dragón, a mi siempre me fascinaron esas criaturas tan maravillosas, según el dueño del dragón pueden ser bestias nobles y poderosas, incluso siempre e pensado que un dragón tiene la inteligencia similar o superior a la de un humano.
volví a mirar a los ojos de aquella tía.

-Oye tu, eres de los asesinos ¿verdad? piensa lo que haces- Le mire seriamente, siempre me quiero asegurar de que me estén echando cuenta

-Imagina que disparas al pirata este al que llamáis Hian Van Moorsel y lo matas, ¿que piensas hacer después? su tripulación no se quedara de brazos cruzados, y el echo de que hagas detonar las minas, la explosión también podría llegar a alcanzarte. piénsalo bien por favor, no pongo en duda tu profesionalidad... pero... creo que lo que digo tiene mucho sentido- En verdad me daba lo mismo que las minas exploten o no, solo que si es posible, quiero estar fuera del radio de alcance si explotan. Pero ahora mismo no soy yo el que tiene el poder para decidir eso, decidí conservar la calma y enchufe unos cascos de música a la radio de la moto, me relajaba mucho escuchar la música que me gustaba porque me evade de la realidad y así permanezco tranquilo. Volví a mirar a los ojos de aquella mujer y espere paciente la respuesta a la situación, positiva o negativa.

Eiden me esperaba en el lago, me induje dentro de las aguas fangosas y monté encima de mi dragón, no quería mirar hacia atrás, pero cuando le indiqué a dónde quería ir lo tuve que hacer.
Y me encontré con un navío que no había percatado antes.
Alcé mi cabeza hacia un lado, ¿Desde cuando había un barco tan grande y yo ni me había dado cuenta?
Me encogí de hombros mientras Eiden comenzó a volar más y más rápido; pero frenó en seco cuando se lo ordené. Había visto a alguien, al jinete Vermello.
Al principio solamente me resultaba una cara conocida pero luego, recordando la carrera, aquellos seres que maltrataron al águila... En fin, recordando aquel momento, acerté con la respuesta.
La verdad es que ese descubrimiento tampoco me produjo una sensación de alegría y bienestar, pero quise seguir mirando haber qué ocurría.
En el barco había una especie de disputa, o una conversación, no sabría cómo definirla. Me quería divertir un poco, pero no sabía si se percataron de mí o no. De todas maneras, Eiden tenía ganas de regresar a casa y yo me aburriría si no había acción. Hablar, hablar, hablar... vaya aburrimiento ¿no?
Volví a mirar al Jinete Vermello pasando primero por aquel alquimista que quería tenderme un pañuelo el cual ignoré, posteriormente detuve mi mirada en los dos jóvenes de aquella organización extraña, qué tiernos, me dije asqueada mientras notaba cierta atracción por parte de ambos.

Yo era un ser que no estaba en aquellos mundos, no quería entrometerme en sus conversaciones sin sentido, por lo tanto, Eiden y yo alzamos el vuelo y desaparecimos entre la niebla acompañada de una llovizna.

El movimiento del jinete me sorprende inmesurablemente y veo al crío acercarse languidamente a su motocicleta.

Más tarde me suelta un sermón que me hace saber mi estupidez de intervenir poniendo en riesgo a Rilley.

-Mira chaval, vos debistes irte en cuanto llamé la atención, tu incompetencia y la necesad de seguir en este barco complica cada vez más mi estrategia... el idiota que se infiltró sin planificación fue vos, así que a callar que solo incrementarás las penalizaciones que se te impondrán- le dije seria, -estupido él y su maestro que no inculcó el conocimiento de no delatar el rango u oficio de un soldado de la G.P.M.- pienso

Miro de reojo al dragón y después al jinete, lo conocía, lo idéntifiqué.

-Doreckmair hijo de Dorehtly, de la casa de los le’Nevrasy; te das cuenta de que vos al amenazar a un agente de la G.P.M. te convertirás en un mercenario, un pirata si sigues a Hian Van Moorsel, un cómplice a estar con Makoto Aulos...- hago una pausa para corroborrar su atención. -Deshonrarás a tu padre el gran Jinete de Verllafen, sabio y justo-

Me detengo y doy una vista rápida a toda la tripulación y me vuelvo a reprochar por hacer algo que no hubiera hecho... ayudar a un inexperto soldado.

Pienso en la mala pasada de Rilley al tener en frente a un dragón con el fuego a tiro, -joder qué Rilley me estará evaluando y yo haciendo el coñazo, menuda estupida- pienso y miro al dragón y después al Jinete que me mira con furia.

¿Que me tuve que ir cuando tu llamabas la atención? como... si salto me la pego y me voy al otro barrio, pensaba. Me cabreaba porque parecía que todo iba a salir bien hasta que apareció ella y lo alboroto todo.

-Ohhh... venga ya, ahora me vas a echar la bronca. bien que no me la merezco en verdad ¿sabes? de todo se saca algo bueno. y yo... podría decirse que e sacado mucho- se que no tendré penalizaciones por mi acto, ciertamente adivine que era de las asesinas por la que estaba montando, no era muy complicado averiguarlo. yo al menos se mantener mi rango, soy espía y nadie sospecha ¿porque? porque el hecho de que me metieran en la G.P.M. con 15 años era por que nadie sospecharía que un crío de 15 o 18 años es espía, y el escándalo que yo e montado aquí también ayuda a que no delate lo que soy, ¿quien pensaría que un alborotador como yo llamando la atención es espía? ademas no e puesto en peligro nada aparte de mi vida, y a la G.P.M. mi vida casi ni les importa, yo creo que estoy a salvo de penalizaciones.

-pero, gracias al menos por el intento- me consolaba pensar que intento un acto para salvarme el pellejo, no se si ella lo hizo con esa intención y no se si mucho menos si me entenderá pero se me queda mal sabor de boca si no digo eso.

pare de hablar con esta mujer y analice una forma de salir del navío, pero a esta altura... , entonces hoy un ligero ruido que sonaba a agua, como si alguien hubiera saltado a una piscina, me acerque al filo del navío y vi que había un lago y se podía ver como una roca se estaba hundiendo en el, puede que fuera de un pequeño derrumbamiento y por eso hoy el sonido, pensé seriamente si fuera buena idea saltar pues el lago parecía profundo, tan profundo como mi estupidez a la hora de hacer como esta. me monte en la moto y me dispuse a saltar, mi moto tenia protección contra el agua, así que no había ningún problema... menos el golpe que me voy a meter si o si, me lance al vacío y caí justo en el centro del lago....

era profundo... y el golpe me dejo un poco... confuzo, estaba hundiéndome poco a poco en la profundidad, justo a mi lado, mi moto me acompañaba al vacío

- es... alucinante... cuanta agua, cuanta oscuridad.-pensé mientras me hundía mas y mas en el vacío... me faltaba el oxigeno, pero era temprano para dejarlo todo hay, agarre el manillar de la moto y la apunte en dirección hacia arriba, le di a fondo y las ruedas empezaron a subir a mi moto conmigo agarrado en ella y cada vez mas rápido, hasta que llegue a la superficie y de un salto llegue a tierra, empecé a toser y cuando me recupere mira arriba al navío, ya era libre de nuevo. arranque la moto de nuevo y seguí mi camino para acabar la misión que tenia pendiente. aun así no me voy con las manos vacías, conseguí información sobre la gente que estaba en ese barco, el jinete... el capitán... el alquimista... como espía siempre es bueno sacar información y ademas podría decir que a sido un éxito, ellos alomejor siguen pensando que solo soy un G.P.M. novato

Cuando me encuentro metido en este tipo de situaciones es cuando me digo a mi mismo:"Tú y tus maravillosas ideas Van Moorsel, creo que he estado demasiado tiempo metido en una taberna..." Evalúo uno a uno a los nuevos miembros de la improvisada reunión, todos ellos dotados de una agresividad demasiado extrema cómo para no resultar una verdadera molestia. ¿Cómo actuar en esta situación? No tengo demasiadas opciones...

-Me estáis dando dolor de cabeza-Trago saliva mientras acaricio un poco a Renhir con mi mano derecha, obviando la situación mortal en la que me encuentro-. No voy a tratar de mentiros sarnosos a la par que incómodos miembros de la G.P.M, no me caéis bien y menos lo hacéis cuando amenazáis con dañarme a mí, a mi barco ,o a alguno de los compañeros con los que acabo de forjar una relación que sin duda nos reportará bastantes beneficios a corto plazo. Sin embargo tenéis que contar con lo siguiente G.P.M, se que no voy a morir, porque ya lo he hecho en numerosas ocasiones y siempre he regresado, ¿podéis decir lo mismo? Esa maniobra de convertir mi navío en un vehículo explosivo no es mala del todo, pero tiene un defecto trascendental, que vosotros también podéis veros afectados por su explosión. Este barco funciona gracias a mi magia y por lo tanto puedo hacer varias cosas cómo por ejemplo, sobrecargar el motor y forzar una explosión que unida a la de las minas, nos mataría a todos. Ahora es cuando una niña cómo tú pensaría:"No lo hará, es un pirata, y por lo tanto, un mentiroso." No te lo niego, lo soy, pero prefiero morir antes de que pongáis vuestras manos sobre mi sucias ratas. Así que desde donde yo lo veo, tanto tú cómo tu amiguito debéis seguir el ejemplo del bebe que se acaba de marchar. Tenéis más que perder que yo.

Esbozo una sonrisa mientras escucho el ronroneo de Renhir. Pase lo que pase debemos ponernos en marcha en breve, de lo contrario, puede que muera por mi propio colapso mágico...